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En la zona sureste de la ciudad, a ambos lados de la carretera que se dirige a Vinaceite, encontramos el cementerio o necrópolis correspondiente a los primeros momentos de la ciudad. En esta necrópolis se han localizado, hasta el momento, 91 túmulos funerarios.
Estos túmulos poseen una variada tipología, ya que aparecen con planta cuadrada, rectangular y circular. En algunos casos aparecen dos túmulos asociados.
El ritual funerario asociado a estos túmulos consistía en la incineración de los difuntos, acompañados ocasionalmente de un ajuar formado por armas y objetos personales, en una zona especialmente preparada, denominada ustrinum.
Una vez incinerados, se recogían las cenizas de los difuntos en una urna de cerámica, que se depositaba en el interior del túmulo, en un espacio denominado cista
Al norte, en un pequeño espolón sobre el río, se localizaron recientemente restos de otra necrópolis similar.
Bajo la rampa de asalto que ahora describiremos se conserva en buen estado un túmulo de grandes dimensiones. Al crecer la ciudad, parece que este túmulo quedo integrado dentro de la trama urbana como elemento religioso y monumental. Quizás en su momento sirvió para acoger los restos de algún personaje notable de la ciudad que, como veremos, eran objeto de un culto especial.