La reconstrucción de los hechos

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Se supone que el ejército que atacó la ciudad la rodeó en un primer momento e intentó tomarla al asalto; era el procedimiento habitual. Al fracasar levantaron un asedio en toda regla. La potencia del ejército atacante queda demostrada por las concentraciones de proyectiles de catapulta que aparecieron en las proximidades de las puertas de las murallas.
Mientras los atacantes bombardeaban la ciudad, comenzaron a transportar y acumular tierra formando la rampa de asalto y a construir una torre de asalto, de madera con piezas metálicas. Partieron del llamado ahora tozalico ya que consideraron que era el punto más débil del sistema defensivo.
Dia a día los defensores tenían que ver, impotentes, cómo se iba acercando hacia ellos la rampa de asalto.
Incapaces de evitar que llegase a los pies de la muralla, se prepararon para una lucha sin cuartel; construyeron barricadas en las calles, tapiaron puertas, y crearon un último reducto defensivo en el extremo norte, junto a las dos torres que todavía se conservan.
Cuando la rampa de tierra rellenó el foso y llegó hasta la muralla se preparó el asalto final: la artillería enemiga barrió de defensores la muralla para aproximar la torre de asalto. En el momento en que los golpes del ariete de la torre derrumbó la muralla, los atacantes entraron en la ciudad como un torrente, luchando cuerpo a cuerpo en cada calle y en cada casa hasta tomar toda la ciudad, que quedó completamente destruida.